TSE dio un paso en falso al pedir levantar la inmunidad del presidente Chaves, según analista
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) habría dado un paso en falso al solicitar el levantamiento de la inmunidad del presidente Rodrigo Chaves, según el análisis del politólogo Mario Quirós, quien advierte que el órgano electoral habría actuado fuera de los límites que le establece la Constitución.
“Sí, creo que el TSE se precipitó. No por investigar, porque eso no solo está autorizado por la Constitución, sino que constituye un deber claro. El problema es que ha intentado avanzar hacia un procedimiento sancionatorio que la Constitución no le autoriza a aplicar en estos casos y, además, ha solicitado el levantamiento de la inmunidad, una figura que tampoco está contemplada en el texto constitucional para esta materia”, explicó el analista.
De acuerdo con Quirós, el Tribunal no enfrenta un vacío legal, sino una disposición clara que marca el alcance de su competencia. “No estamos frente a un vacío que el Tribunal deba llenar, sino ante una regla constitucional expresa que le fija un límite claro a su actuación. Al solicitar el levantamiento de inmunidad con el objetivo de aplicar un procedimiento sancionatorio ordinario, el TSE está asumiendo competencias que no tiene y activando un mecanismo que, conforme a la Constitución, solo aplica en casos penales, no administrativos ni electorales”, señaló.
El experto subraya que, en un Estado de Derecho, las instituciones no pueden justificar una extralimitación con el argumento de defender la democracia o garantizar la transparencia electoral. “En un Estado de Derecho, no se puede justificar una extralimitación funcional con base en la intención de proteger la democracia. Si se considera que el marco legal actual es insuficiente o inadecuado, el camino correcto es promover una reforma constitucional o legal, no reinterpretar lo que está expresamente delimitado. Ni la buena intención ni la necesidad práctica justifican actuar más allá de lo que la Constitución permite”, enfatizó.
La discusión sobre los alcances del Tribunal Supremo de Elecciones vuelve a poner en la mesa el equilibrio entre el control institucional y el respeto a los límites constitucionales, en medio de un contexto político marcado por fuertes tensiones entre el Ejecutivo y el órgano electoral.