Semanario Universidad se burla de candidatos presidenciales, excepto de Ariel Robles
El medio Semanario Universidad, financiado por fondos públicos, es decir, con dinero de todos los costarricenses, tiñó su portada de este 1 de octubre de tintes políticos favoreciendo en una ilustración publicada al candidato del Frente Amplio, Ariel Robles.
En su sátira, que expresa el banderazo de salida de la elección electoral, aparecen críticas evidenciadas en un diseño sarcástico o de crítica de candidatos presidenciales con “el rancho ardiendo” incluso del mismo presidente de La República, sin embargo, en el centro de su portada, sin ninguna crítica o sátira, aparece el candidato frenteamplista.
Para la analista política, Lucy Arias, es evidente el mensaje que Semanario Universidad quiere proyectar, situando a Robles en una posición central, ecuánime y sin ningún cuestionamiento.
“Lo del Semanario Universidad es un descaro absoluto. Se burlan de todos los candidatos presidenciales, pero a Ariel Robles lo dejan intacto. ¿La razón? Porque el Frente Amplio es su protegido ideológico. Y lo más cínico es lo que callan: no mencionan a su diputada abiertamente pro-Maduro, ni a la candidata a diputada que viajó con el régimen chavista. Tampoco recuerdan que toda la fracción del FA votó en contra de declarar al Cartel de los Soles como organización terrorista, pese a las pruebas de narcotráfico y corrupción”, dijo Arias.
Lo más grave de esto, según el analista, es que se esté posicionado una postura, evidentemente tirada hacia el favoritismo de la izquierda, con fondos públicos.
“Esa doble moral es brutal: mientras incendian a todos los demás partidos, a la izquierda radical la mantienen limpia, como si fuera intocable. Con eso dejan claro su verdadero papel: no son un medio de comunicación, son una caja de resonancia de la izquierda más rancia de este país”, señaló la analista.
Semanario Universidad es un medio que pertenece a la Universidad de Costa Rica, y en reiteradas ocasiones dejan ver su ideología marcada, sin mostrar equilibrio u objetividad.
“El Semanario debería ser un espacio académico plural, pero se convirtió en un panfleto ideológico pagado con el bolsillo de la gente. Y aquí está el punto más grave: se financia con fondos públicos, con recursos de la UCR y del FEES, o sea con los impuestos de los costarricenses. Lo mínimo que uno esperaría de un medio sostenido con plata pública es imparcialidad y rigor. Lo que recibimos, en cambio, es militancia encubierta. Eso no solo es una burla para el contribuyente, es un golpe directo a la democracia”, agregó Arias.