¿Se ha convertido la política en un show digital?
La política costarricense parece haber trasladado buena parte de su escenario al mundo digital. Entre memes, transmisiones en vivo y videos cortos, las redes sociales se han convertido en el principal canal de comunicación de muchos líderes políticos. Pero ¿hasta qué punto esta exposición reemplaza la rendición de cuentas por un espectáculo en línea?
Un estudio reciente de la Universidad Latina de Costa Rica reveló que, en tan solo mes y medio, se generaron más de 500.000 menciones sobre candidatos presidenciales en redes sociales. Sin embargo, el tono de la conversación dista de ser constructivo: 6 de cada 10 comentarios fueron negativos. Según el informe, “la política digital en Costa Rica no se debate, se pelea”.
La columnista Lucy Arias considera que las redes sociales pueden ser útiles para acercar a los ciudadanos, pero no sustituyen los mecanismos formales de control. “Desde mi punto de vista, las redes sociales no sustituyen la rendición de cuentas formal. Sirven para explicar en tiempo real y escuchar a la ciudadanía, pero la rendición exige lo que las redes no garantizan por sí mismas: prueba documental, trazabilidad y consecuencias”, explicó.
Los datos de la U Latina también muestran que las publicaciones más virales son las que generan mayor confrontación o contenido emocional, dejando de lado los debates técnicos o las propuestas concretas.
Arias advierte que este fenómeno puede convertir la comunicación política en un simple show digital. “Un live no equivale a expedientes, minutas, contratos ni activa auditorías o sanciones ante incumplimientos; sin eso, la política se vuelve espectáculo”, afirmó.
Para la columnista, el uso de redes sociales no es en sí el problema, sino el propósito detrás de ellas. “El problema no es usar redes, sino usarlas como tarima. Cuando la comunicación digital va acompañada de documentos públicos, metas con fecha y responsable, y respuesta efectiva a los órganos de control, suma a la transparencia”, agregó.
No obstante, cuando los mensajes digitales reemplazan los informes por eslóganes y las auditorías por aplausos, el resultado es otro. “Cuando reemplaza papeles por slogans y auditoría por aplausos, deriva en populismo. Los ‘likes’ miden audiencia, no cumplimiento. La transparencia real vive donde hay papeles, plazos y posibilidad de sanción; y si esa línea se respeta, las redes complementan. Si se cruza, son show político”, concluyó Arias.
La conversación pública costarricense se libra hoy entre algoritmos y reacciones, donde las redes moldean la percepción del poder, pero no necesariamente garantizan rendición de cuentas.



