Partidos de izquierda como el PAC y el FA pierden respaldo en Latinoamérica
Poco a poco las ideologías de izquierda, como la del PAC y Frente Amplio, van perdiendo fuerza en el poder en América Latina; la última evidencia fue la elección en Chile del candidato derechista José Antonio Kast, quien se impuso en la segunda vuelta electoral frente a Jeannette Jara, aspirante de la coalición de izquierda oficialista.
También en Honduras, la candidata del oficialismo y de línea izquierdista Rixi Moncada, del partido LIBRE, quedó rezagada y ahora la silla presidencial se concentra entre dos candidatos de derecha: Nasry “Tito” Asfura, del Partido Nacional, y Salvador Nasralla, con una propuesta liberal–conservadora.
Para el analista político Mario Quirós, más que un giro ideológico profundo, lo que se observa es una reacción del electorado ante problemas cotidianos no resueltos. “Muchos hablan de que hay un avance hacia la derecha, pero desde mi punto de vista lo que estamos viendo es un electorado que hoy está premiando a quien está ofreciendo respuestas simples a problemas muy complejos”, explicó.
Este comportamiento no es aislado. En Argentina, el peronismo y sus variantes de centroizquierda perdieron el gobierno frente al liberalismo de derecha encabezado por Javier Milei, tras un marcado voto castigo. En varios países, incluso donde la izquierda conserva presencia institucional, enfrenta dificultades para sostener mayorías electorales.
Este contexto regional se proyecta también en Costa Rica. Partidos identificados con la izquierda, como el PAC y el Frente Amplio, han visto reducido su respaldo ciudadano en los últimos años. El PAC, que gobernó el país entre 2014 y 2022, cerró ese ciclo con un fuerte desgaste político y una pérdida significativa de apoyo electoral.
Según la más reciente encuesta de Demoscopia, los candidatos vinculados a ideas de izquierda registran bajos niveles de intención de voto: Ariel Robles, con un 4,8%; Claudia Dobles, con un 3,1%.
Para Mario Quirós, el fenómeno responde más a una reacción coyuntural que a un cambio estructural. “No es tanto un giro ideológico, sino un péndulo del descontento”, afirmó. A su criterio, el verdadero punto de inflexión estará en el desempeño de quienes hoy capitalizan ese malestar.
“Así que el punto clave no es tanto virar hacia la derecha, sino si la derecha ahora en el poder cumple o si los problemas se van a agravar. La competencia real es por quién logre combinar el mejor entendimiento de los sentimientos del electorado y quién logre articular eso con claridad; ese se quedará con la próxima ola”, concluyó.



