Corte Suprema de EEUU decepciona al bloque conservador al negarse a revisar fallo sobre matrimonio igualitario
La Corte Suprema de Estados Unidos volvió a generar críticas entre sectores conservadores tras negarse a revisar la histórica sentencia de 2015 que legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo en todo el país.
La apelación fue presentada por Kim Davis, exfuncionaria de Kentucky que en su momento se negó a emitir licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo, alegando objeción de conciencia y defensa de la libertad religiosa. Su caso buscaba reabrir el debate sobre los alcances del fallo Obergefell vs. Hodges, que cambió la definición de matrimonio a nivel nacional.
Pese a contar con una mayoría de magistrados identificados como conservadores, la Corte desestimó la solicitud sin justificar su decisión, lo que ha sido interpretado como una señal de distancia entre el tribunal y la base que esperaba un mayor respeto a los valores tradicionales.
Analistas y líderes religiosos han cuestionado que el máximo tribunal mantenga un precedente que, según ellos, impuso desde la judicatura una agenda social sin el debido debate democrático. Argumentan que el fallo de 2015 traspasó los límites del poder judicial, al convertir en derecho constitucional lo que históricamente ha sido materia de decisión estatal o legislativa.
Para el sector conservador, la negativa a revisar el caso profundiza la frustración con una Corte que, pese a su composición actual, parece reacia a corregir decisiones que transformaron pilares sociales fundamentales.



