Abogado analiza crisis del Poder Judicial: recortes, pérdida de talento y enfrentamientos entre poderes
El Poder Judicial atraviesa una de las crisis más profundas de los últimos años, con un retroceso en sus capacidades, pérdida de personal con experiencia y una tensión creciente que ha desbordado incluso en choques entre los principales poderes de la República.
Estas son algunas de las conclusiones del abogado penalista Santiago Arguedas, quien explicó que la situación no es nueva, pero se ha agudizado con los recortes presupuestarios y las renuncias de funcionarios con trayectoria.
“El Poder Judicial sí ha venido en un retroceso, no ha mejorado las condiciones. Hubo una desbandada de talento humano del Poder Judicial que salió, y las plazas que quedaron fueron llenadas con gente de menos experiencia. Eso influye en las decisiones que se tienen que tomar”, asegura.
Esa falta de experiencia se ha traducido en resoluciones cuestionadas y en episodios que antes eran impensables dentro de los tribunales, como jueces que pierden la compostura en audiencias o decisiones judiciales inconsistentes frente al auge del crimen organizado.
Para Arguedas, el problema también está en la forma en que se designan las principales figuras del sistema. “Yo he sido crítico de cómo se escogen magistrados, diputados y ya por ahí tenemos un problema serio”, sostiene, señalando que la politización de los procesos erosiona la independencia judicial y genera mayor desconfianza ciudadana.
La crisis, sin embargo, no se queda en lo interno. La tensión se ha extendido hacia las relaciones entre poderes de la República. El ejemplo más evidente es el choque directo entre el presidente Rodrigo Chaves y el fiscal general Carlos Díaz. Fue el fiscal quien promovió el procedimiento para levantar la inmunidad del mandatario, y desde entonces Chaves ha reaccionado atacándolo públicamente en sus conferencias de prensa.
“La discusión entre poderes de la República no puede ser, cada poder tiene su jerarquía”, recordó Arguedas, quien considera que estos enfrentamientos son una consecuencia natural de un sistema debilitado. Cuando la justicia pierde fortaleza, agrega, se abre la puerta para que los conflictos políticos se conviertan en luchas personales que golpean la credibilidad de las instituciones.
A este contexto se suma un escenario criminal más violento. Arguedas advierte que el país enfrenta hoy delitos que antes no existían, producto de la falta de control migratorio y de la influencia de dinámicas foráneas. “El primer punto que debe Costa Rica analizar es la inmigración. En los últimos gobiernos no hubo un control y se filtró mucha gente que venía a cometer delitos a Costa Rica. Se adoptaron conductas de otros países más violentos”, afirmó.
El resultado, según el especialista, es un círculo vicioso: un Poder Judicial debilitado que no logra dar respuestas firmes, un Ejecutivo y un Ministerio Público en choque abierto, y una criminalidad que aprovecha ese vacío institucional para expandirse.
“Costa Rica no estaba acostumbrada a muchos de los delitos como los que hay hoy”, concluye Arguedas, advirtiendo que el país atraviesa un momento decisivo para recuperar la confianza en la justicia y frenar el deterioro de sus instituciones.